Nuestro hobby, nuestro amor, nuestra pasión de los 90’s
Con cada salto lineal en el tiempo, con cada avance tecnológico, la industria del videojuego cambia y cambia, todo para adaptarse a nuestras necesidades, necesidades de todos los consumidores/as ansiosos/as por devorar más hasta la saciedad.
Así como en la época de los 90’s para algunos/as que pudieron vivir esa edad dorada, el pasatiempo favorito era visitar y frecuentar el local de máquinas arcades, de alguna u otra manera, todo valía… Desde escaparse de las clases extraescolares, faltar a nuestra obligación como estudiantes, hasta incluso fingir estar enfermo… cada cual ha tenido su estratagema ingeniosa para llevar a cabo su fechoría.
Ahora en la actualidad todo es más asequible y todo está al alcance de aquellos que pueden permitirse la inversión de una videoconsola, ahora todos jugamos con la comodidad, esparramados en el sofá, cruzados en la cama o en el momento más íntimo del día, apretando uñas y dientes, rodillas… contando con la ventaja que nos ofrece el insertar un disco, unos cartuchitos más sofisticados, no como los de antaño que poseíamos echando la vista atrás en nuestros recuerdos. Ahora reproducimos todos estos juegos en un cacharro con luces led casi hipnotizantes de plástico premium forjado en las fraguas plásticas de algún señor benevolente, coordinado por los malignos que nos roban los segundos de vida, transformándolos en magia de la cual estamos encantados y poco nos quejamos.
Cada vez son más las compañías que luchan a diario por traer ese juego que nos haga fascinar, esos que nos hacen soñar despiertos y nos retan con desafíos, algunos más difíciles, otros mas fáciles… Todas estas compañías se esfuerzan por hacer todo más portátil que nunca, menos aparatoso. Pero yo sigo preguntándome: ¿Por qué la gente disfruta de la apariencia de un juego retro incluso hoy en día?, Hay varias razones detrás de eso.
Cambiando las tornas
Hoy en día, la gente ha olvidado los malditos y despiadados que podían llegar a ser los juegos antiguos en términos de jugabilidad, aunque cada vez sean más los juegos desarrollados en la actualidad que exigen al jugador un mayor desempeño de habilidades frente a los mandos, como también nos encontramos juegos que introducen más modos de juego los cuales facilitan que un jugador promedio puedan superar los obstáculos sin despeinarse y sentirse «pro»… Todos hemos olvidado el atractivo de un juego retro en términos de dificultad, aquellos que nos hacían rabiar, que nos hacían arrancar un grito de desesperación y auxilio… Ya sea insertando créditos en el salón arcade de la esquina, o delante de tu televisor de tubo «Tecnimagen».
La mayoría de juegos planteaban una serie de dificultades y nos obligaban a pasar un corto periodo de tiempo para poder completarlo, no te permitían guardar a cada cierto minuto la partida, lo que suponía un reto no agotar tus posibilidades llamadas «vidas» y de otras muchas mas maneras. Así que si «estirabas la pata», eso era sinónimo, en el peor de los casos de reiniciar el capitulo y en ocasiones dependiendo del juego, empezar de nuevo… reiniciar el juego.
Lo que ahora se conoce como «guardar el progreso, o el autoguardado», antaño se llamaba «mamá, por lo que mas quieras no apagues la consola», que se acompañaban de plegarias en silencio, mezcladas con nerviosidad durante los momentos que no estabas encerrado en tu habitáculo, en tu cueva. Por eso de aquí, quiero dar mis respetos a esas madres que han sufrido en sus carnes la situación incomoda y a su vez surrealista, de tener que ver a su hijo sumido en desesperación, cabreado porque la escoba un buen día decidió engancharse con el cable del transformador, el cual alimentaba la consola para que permaneciera en funcionamiento con un progreso bastante avanzado de Faxanadu (aunque este último te ofrecía códigos llamados password).
Un símil con las arcades de la época, cuando tentabas a la suerte y no había más créditos para continuar. Solo te quedaba en ese mísero momento resignarte, mientras maldecías interiormente después de leer dos palabras que formaban una frase, la cual hasta a día de hoy nos acompaña.
GAME OVER.
Tampoco vamos a negar
Hay algo de nostalgia en los gráficos y la música que acompañan a los juegos antiguos, que nos hacen volver a querer jugarlos, nos hacen volver a querer recordar nuestra niñez, nuestra adolescencia. Pero ahora con una percepción más delicada, digamos más agudizada… ese atractivo visual, auditivo, sensorial… Porque sí… es sensorial, cada melodía, cada pixel nos transporta a recuerdos vinculados de nuestros momentos marcados y grabados a fuego en nuestra memoria.
Pero, ¿por qué tiene que ser así?, nos preguntamos… todos los recuerdos que tenemos de nuestra infancia tienden a ser de color rosa y muchas veces recordamos las cosas de una manera más positiva de lo que realmente eran. Y cuando queremos revivir esos días, intentamos volver sobre nuestros pasos y tomar las mismas decisiones: por lo tanto, volvemos a jugar juegos antiguos. No hay más explicación, venimos de una generación anterior, somos una generación que hemos visto evolucionar todo a nuestro alrededor y en un punto determinado de nuestra vivencia decidimos pulsar el botón de nuestro «radio cassete» rewind back para acabar dando play volviendo a inmortalizar todo encogidos agarrando nuestro corazón fieramente.
¡Déjame ser niño una vez más!
Simplicidad
Los juegos de hoy en día están plagados de misiones secundarias, misiones alternativas y objetivos opcionales, vamos a llamar a todo este conjunto: relleno, un relleno para hacer más llamativo el juego… lo que en ocasiones no está nada mal para acumular experiencia o para conseguir objetos especiales. Pero soy de los que prefiero un juego clásico con su trayectoria lineal, más simple… Como Ocarina of Time, o como el Tetris, son juegos que te hacen saber lo que obtienes cuando los juegas disfrutándolos.
Siendo lineal, sólo de este modo obtienes familiaridad con el juego, tanto como sencillez que no se pueden reemplazar. De hecho, por esta razón, hay juegos que salen cada año tratando de replicar esta característica exacta, muy pocos lo consiguen.
Retro gaming
Ya sea que elijas jugar a un viejo juego de arcade porque extrañas tu infancia o porque simplemente disfrutas de las imágenes, los juegos antiguos llegaron para quedarse y todo gracias a nosotros, los nostálgicos.
De hecho, a medida que pasan los años, es posible que algunos juegos antiguos incluso se remastericen en una nueva consola que facilite que el jugador medio tenga en sus manos un viejo titulo, como viene sucediendo actualmente.
Está claro que «lo retro nunca muere» y que un pasado vivido, siempre fue mejor.
Grande Jefe!!
Tú si que eres grande!
Buen post, lo he compartido con mis amigos.